domingo, 25 de mayo de 2014

Palabras para Norberto por Daniel Ferro

A 37 años 14/10/75 – 18/10/2012 
“SEGUIMOS HACIENDO MEMORIA,
SEGUIMOS HONRANDO LA VIDA DE NORBERTO HUGO PALERMO”
NUEVAMENTE MAÑANA PRIMAVERAL DE SAN CRISTOBAL –
COLOCACIÓN DE BALDOSA RECORDATORIA DE SUS PASOS POR EL COMERCIAL Nº5

Norberto, querido Compañero, luego de haber pasado  cinco años de señalar con una baldosa tan bellamente moldeada como esta, tus pasos por la escuela Nº 23 del DE 6 en el barrio de  Boedo,  también me permito llamarte querido hermano en un día como hoy, en este lugar, que también habla de tu historia, de tu presencia, ayer en tu escuela secundaria, ahora y siempre. 
Norberto, al Comercial 5 le pasará como le pasa a la Escuela 23, ya no podrá ser más el mismo, porque a partir de hoy, este solar, con esta baldosa llena de huellas de los chicos, llena de tus huellas, se transforma en un Lugar en “donde lo invisible se hace concreto, se hace encuentro, emoción, dolor, grito, alegría, sentido”. “Se hace inevitablemente humano” (Patricio Grehan – Flia Pasionista).
Cantan “Los Copla”, “canción de fuego que no se apaga nunca, hay cosas irrompibles todavía, como la luna; hay cosas generosas todavía, como la lluvia”. Con esa generosidad, Silvia, tu hermana, me regaló esta alegría inmensa de poder compartir algunos “sentipensares” que se desbordan de mi, con todas y todos los aquí reunidos. En este gesto tan cercano, puedo sentir, puedo pensar, en tu actitud generosa con el pueblo y con el tiempo histórico en el que te tocó vivir hasta que te arrebataron tu vida. También sentía y pensaba, en la amorosa responsabilidad paternal de tu viejo, en la transmisión de valores, ideales, sueños. Este Bruno, “padre de la plaza” que el pueblo también abraza.   
Norberto, es cierto te arrebataron tu vida, pero no esos sueños tuyos, que como la luna siguen irrompibles en nosotros y nosotras, porque con la primavera no han podido, ella siempre florece, por eso también, estamos hoy aquí rebrotando, floreciendo.
Necesito volver a algunas palabras de cuando colocamos la baldosa-vida en la escuelita de Boedo. Recordando, es decir, volviendo a pasar por el corazón, que como dice Galeano, “al AMOR no se lo puede impedir”; “no hay decreto de gobierno que pueda con él” y si me permitís, como también dice Jesús, el Jesús de Mugica, de Angelelli, de Romero, en el que yo también creo, “el AMOR no pasará jamás”.
Norberto, hablo de AMOR, en tanto dice Paulo Freire, es “acto de valentía”, “de compromiso con los hombres”, “de compromiso con la causa que libera”, “es acto de libertad que genera otros actos de libertad” y porque como también enseñaba el CHE, a quien vos leías y a quien recordamos el pasado 9 de octubre, “el verdadero revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor” siendo “imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad”. (Ernesto Guevara – Obra Revolucionaria- México-1967).
Entonces, Beto, hermano del alma, hoy y siempre hacemos MEMORIA activa, que como nos canta León es “sueño de la vida y de la historia”, es “espina de la vida y de la historia”, es “refugio de la vida y de la historia”, es “arma de la vida y de la historia”, para seguir sosteniendo como Vos, esta revolución “de amorosa rabia” “de amoroso amor” (Teresa Parodi – Creo en Vos) que lucha por y con los empobrecidos, por y con  los marginados, por y con los silenciados para alzar las banderas que como la whipala, representan unos “estandartes de colores” (E Galeano), que anuncian un mundo donde quepan todos los mundos posibles, que se pronuncian por un mundo más justo, más solidario, y  más humano.
Norberto, tu presencia nos interpela, nos invita a que enseñemos y aprendamos con nuestras chicas y con nuestros chicos, esas y esos chiquilines que en estos días de toma han confirmado como dice Joan Manuel Serrat, que “la razón está por sobre la fuerza y que es preferible: querer a poder, besar a reñir, bailar a desfilar, amar a querer”. Tu presencia nos compromete a ser protagonistas de la historia como lo han sido estas y estos estudiantes en la defensa de la Educación Pública frente a aquellos personajes que de manera antidemocrática pretenden vaciarla de contenidos y de recursos, atentando una y otro vez contra la Educación del Pueblo.
 Por vos Norberto y por los 30.000 compañeros desaparecidos. No olvidamos. No perdonamos. No nos reconciliamos. Seguimos exigiendo Juicio y Castigo a los genocidas.

BETO, que tus SUEÑOS, que tus IDEALES, que tus UTOPÍAS se filtren en cada uno y en cada una de nosotros. TE QUEREMOS y TE EXTRAÑAMOS, pero sabemos que HOY, AHORA y SIEMPRE estás AQUÍ.

Norberto Hasta la victoria siempre.
(Daniel Ferro – Director Escuela 10 DE 5 – Villa 21/24)




Homenaje a Norberto Hugo Palermo por Gustavo López

Homenaje a Norberto Hugo Palermo                        

                                                                                       Por Gustavo López

Yo no conocí personalmente a Norberto, a Beto, pero sí lo conozco a través del amor que le tiene Silvia, su hermana.
No conocí sus secretos, pero los imagino pensando en aquellos ojazos negros de Miriam, siempre asombrados y dispuestos a descubrir algo nuevo.
Silvia y Miriam soñaban de adolescentes con un mundo distinto, sin injusticias, y sin darse cuenta, sus sueños eran los de Beto, seguían sus pasos que eran los suyos también, para encontrar esas puertas que las llevaran a una nueva construcción
Silvia me cuenta que la última vez que vió a Beto fue el 12 de octubre de 1975 y el 15, el día del cumpleaños de Lydia, ella, Miriam, sus padres, esperaron sin saber como iban a esperar tantas familias.
Me duele imaginar a Silvia, con sus apenas 17 años, acompañando a Bruno por los laberintos del horror, esperando en los despachos de los militares, soportando indiferencia y maltrato.
Me imagino y me duele, viendo los ojos de Miriam, acompañando a Silvia y a Bruno en la búsqueda de un cuerpo para enterrar un duelo.
Me imagino y me duele, viendo a los tres, volviendo a la misma casa con las manos vacías y ese nudo en la garganta.
Me contó Silvia que su padre no dejó de dar vueltas alrededor de la Plaza de Mayo y eso hace que hoy estemos aquí, recordando a Beto.
¿Qué es el recuerdo, algo que ya pasó o que llevamos adentro?.
Si pasó ya no está y a Beto, los que lo quisieron, los que lo quieren lo llevan adentro, les marca la línea imaginaria e inalcanzable del horizonte y los ayuda a caminar, a no bajar los brazos, a seguir tratando de alcanzar la utopía.
Me imagino a Beto, acá, en la escuela primaria, hace muchos años, cuando las madres almidonaban los delantales y peinaban a sus hijos varones con gomina. Y lo imagino como Silvia siempre lo recuerda: lindo, tímido, con ojos color de miel.
El cuerpo de Beto no está, pero él sí, en nuestra memoria y su espíritu va a quedar vivo en esta baldosa que lo recuerda y que le indicará, quizá, a los chicos de siempre cual es la vereda correcta.
Una compañera escribió hace ya mucho tiempo, sin pensar en Beto ni en los chicos de esta escuela y pensando en todos los Beto y en todos los chicos el siguiente poema:

Ellos salvarán
lo que peleamos.
El sol,
el pan,
las calles infinitas.
Ellos verán
las ideas desgarradas pero erectas
las manos victoriosas
las espigas.
Llevarán al hombro un largo olvido de sangres y derrotas,
un presente soñado desde siempre.
Heredarán el aliento imbatible
más allá de nuestros huesos y despojos
y entonces
todos estaremos allí
en el soplo resucitado de nuestra voces .